La última noche de playa
Saboreo lentamente la brisa marina. Salada, humeda, pero terriblemente tentadora. Había prometido a su tía abuela que no se bañaria esa noche, pero el mar le llamaba a gritos, la misma sensacion que sentia su hermana al ver una tableta de chocolate en mitad de un regimen.
Abrio suavamente los parpados. Contemplo la playa de tierra virgen y los pocos bañistas que quedaban. Estaba anocheciendo, el lugar se estaba enfriando, pero ella lo encontraba mil veces mejor que de pleno día.
Camino al lado del fragil mar. Toco con su mano el agua. Estaba caliente. Salada, pero suave al mismo tiempo. Era el iman de cualquier amante de la naturaleza y los baños acompañados de la palida pero serena Luna. Miro el horizonte. El Sol se ocultaba, dejando detras de si un cielo rojizo. Unos cuantos barcos se dejaban acunar por las olas. Las gaviotas se preparaban para ir a cenar. Siguio caminando por la costa.
Sin querer, piso un extraño objeto. Se arrodillo y recogio el fragil elemento. Era una caracola. Acerco su sonrojada oreja al pequeño objeto. Noto como las olas le acariciaban como si fueran mantas.
El aroma marino le transmitia recuerdos de infancia: La primera vez que fue al mar, la sensacion al notar sus aguas, su extraño encuentro con un delfin en mitad del mar Mediterranio,...
Poco a poco se fue retirando la caracola de su oreja. Lo considero un regalo de los mares. Siempre que estubiera deprimida y quisiera desaparecer de algún lugar, tendría la suave caracola, que le transportaria
a sus recuerdos en el mar...
Porque esa no iba a ser su última noche de playa...
Alba<3
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